Ansiedad

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¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una de las afectaciones más frecuentes en todo el mundo y debemos darle la importancia que merece.

La mayoría de nosotros hemos experimentado en algún momento de nuestra vida eso que llamamos ansiedad: sensaciones de inquietud, pérdida de control, ahogo, palpitaciones, pensamientos catastróficos… A veces, como respuesta a factores estresantes concretos y otras cuando menos nos lo esperamos, incluso cuando, después de un periodo de mucho estrés, por fin llega el momento de relajarse.

La ansiedad es “un estado o reacción emocional, mental y corporal, que tiene como objetivo proteger al organismo y a sus intereses de algo que recibimos como una amenaza”. Esta amenaza es subjetiva, es decir, una persona puede recibirla como tal y otra no. Eso depende de algunos factores, como: los recursos propios de cada persona, la situación o contexto en el que te encuentres, o tu historia de vida.

La ansiedad es una reacción de miedo intenso, y el miedo (preocupación o temor) es una emoción natural, con bases biológicas bien definidas y una función clara para la supervivencia: detectar posibles riesgos y empujar a ponernos a salvo. Este sentimiento puede tener diferentes intensidades, a veces adaptativas y naturales, pero en otras ocasiones nos puede anular por completo. Así que no se trata solo de sentir estrés, la ansiedad va más allá.

Aunque nos ayuda a afrontar los problemas, es común que la ansiedad continúe o aparezca cuando ya no hay peligro o factores estresantes a nuestro alrededor. Esta emoción constante, sin un motivo aparente puede afectar mucho nuestra vida y convertirse en un trastorno.

Los trastornos de ansiedad perduran en el tiempo y es complejo gestionarlos y tratarlos.

Principales situaciones de ansiedad

Los tipos de ansiedad más comunes:

Es un episodio de gran miedo que puede durar desde minutos hasta horas. Esto sucede porque el cuerpo responde a un estímulo muy estresante de nuestra vida al que debemos atender. Los síntomas físicos más frecuentes son mareos, palpitaciones, sudores, dolor en el pecho y dificultad respiratoria.

La persona experimenta crisis de ansiedad repetidas y repentinas y está continuamente intranquila o preocupada por el echo de tener nuevas crisis o bien cambia de forma desadaptativa su comportamiento debido a estas crisis (ej. evitación de ejercicio o situaciones desconocidas). Los síntomas pueden ser muy intensos, especialmente en los primeros momentos.

Quien lo sufre tiene preocupaciones relacionadas con la vida diaria como la salud, el trabajo, rendimiento académico, la pareja, etc. pero de una forma desadaptativa, excesiva y muy intensificada. El trastorno de ansiedad generalizada es difícil de controlar y puede cronificarse.

La fobia es un tipo de ansiedad que se caracteriza por sufrir miedo extremo a un lugar, objeto, situación, animal, sentimiento…La ansiedad y sus síntomas son como una crisis de ansiedad y se manifiesta al exponernos real o mentalmente a aquello temido. Existen 3 categorías principales de fobias:

Fobias específicas: miedo irracional y extremo hacia un objeto o situaciones específica y persistente que casi siempre se evitan o se resiste con una ansiedad intensa. Por ejemplo a volar, alturas, animales, ver sangre, administrar una inyección.

Ansiedad social o fobia social: miedo a experimentar gran timidez. En este caso, la ansiedad social se da en situaciones sociales cotidianas. A veces se trata del miedo a una situación específica como hablar en público, pero en ocasiones puede ser más grave y presentar ansiedad en cualquier momento que se comparta con otras personas.

Agorafobia: las personas con agorafobia sienten ansiedad o temor desproporcionados ante dos o más de las siguientes situaciones: uso del transporte público, estar en espacios abiertos, encontrarse en lugares cerrados, hacer cola o estar en una multitud, y encontrarse solos fuera de casa en otras situaciones. Estas situaciones a menudo son evitadas o requieren que alguien los acompañe. Dependiendo de la persona las características que generan más ansiedad varían, pero los espacios amplios que dificultan poder escapar, las multitudes y estar sola son de los elementos más estresantes.

Sintomas de la ansiedad

La ansiedad adopta muchas formas y genera síntomas que nos avisan de que algo en nuestra vida es dañino para nosotros/as. Nos está advirtiendo. La ansiedad es la consecuencia de un problema más profundo y se puede manifestar de muchas formas.

Miedo excesivo, preocupaciones recurrentes, pensamientos obsesivos y catastróficos. Se tiene una sensación de peligro inminente que provoca problemas para concentrarse en otra cosa. En casos más complejos puede derivar en sensación de irrealidad o de estar separada de una misma (desrealización y despersonalización).

Palpitaciones, sudoración, presión en el pecho, entumecimiento de extremidades, cansancio, hiperventilación, tensión muscular, mareos, agitación, insomnio…

Principalmente irritabilidad y evitación de situaciones que generan ansiedad. Esto genera aislamiento y un deterioro en nuestras relaciones sociales y en nuestra vida en general.

La ansiedad que tratamos de ignorar, tarde o temprano, reaparece con más fuerza.

Beneficios de una terapia de ansiedad

Saber cuál es nuestro límite y gestionarnos es complicado, pero puede aprenderse con constancia y un buen apoyo. Un tratamiento eficaz es clave para volver a una vida sin ansiedad desadaptativa.

¿Qué te aporta una terapia para la ansiedad cuando la sufres?

En que consiste un proceso de ansiedad

Cuando hablo de ansiedad, me gusta poner una metáfora:

Imagínate el problema como un iceberg, esas grandes montañas de hielo del océano. Los icebergs son enormes bloques de hielo, pero bajo la superficie del agua, hay muchísimo más hielo. Pues bien, los síntomas de la ansiedad (todos esos que previamente hemos explorado con la persona) son solo la parte visible, la que hay por encima de la superficie del agua.

Las causas reales de la ansiedad, son aquellas que están bajo la superficie. Para verlas y descubrirlas, hay que sumergirse. Eso es lo que vamos a hacer en el proceso de terapia.

Por otro lado, muchas personas se preguntan cómo eliminar la ansiedad para siempre. Siento deciros que la ansiedad no puede desaparecer de nuestras vidas. La ansiedad tiene un sentido, un objetivo y función: prepararnos para una amenaza. Por eso, en lugar de hablar de controlar la ansiedad o de eliminarla, debemos pensar en gestionarla y acompañarla. Con tiempo y trabajo se puede conseguir no sufrir por ella.