¿Qué entendemos por personas altamente sensibles?
La alta sensibilidad es un rasgo de personalidad normal, presente en 1 de cada 5 personas.
Las personas altamente sensible viven las emociones con mucha intensidad, sienten una gran empatía, procesan la información profundamente, captan sutilizar y detalles, y debido a ello, se saturan con gran facilidad.
La alta sensibilidad es un rasgo de personalidad normal que podemos encontrar en el 15-20% de la población. También es llamada Sensibilidad de Procesamiento Sensorial, y tiene que ver con una mayor reactividad del sistema nervioso a los estímulos y un procesamiento más profundo.
Aunque las etiquetas nos pueden limitar e incluso ser usadas para eludir responsabilidades, creo que saber si eres PAS te puede ayudar a entender muchas cosas, y suele ser un punto de inflexión vital que da inicio a una etapa de autodescubrimiento que podemos disfrutar, el inicio de una reconciliación con quienes somos y una reconexión con nuestra sensibilidad.
Características de las personas altamente sensibles
- Crees que eres demasiado emocional y no sabes cómo abordar lo que sientes.
- Tu mente siempre está dándole vueltas a las cosas y te cuesta desconectar.
- En las relaciones te sientes insatisfecha porque no recibes lo mismo que das o tienes dificultades para poner límites.
- Te sientes exhausta llevando un ritmo de vida que a otras personas no parece afectar.
- Te cuesta encontrar tu sitio y siempre te has sentido diferente, por lo que has llegado a dudar de tu valor.
Según Elaine Aron, la psicóloga que descubrió el rasgo, las 4 características clave y necesarias que reúne una persona altamente sensible son las siguientes:
Procesamos la información que nos llega de una forma más profunda e intensa, consciente o inconscientemente. Esto lo puedes ver en ti si le das mil vueltas a un tema, te cuesta tomar decisiones porque reflexionas cada detalle y ves las cosas desde diferentes ángulos, te llegan ideas creativas, o te sientes genial en conversaciones profundas o transcendentales.
Tenemos un sistema nervioso sensible al que le llega mucha información, que además procesa profundamente... Esto da lugar a un exceso de estímulos que acaban sobresaturándonos y agotándonos. Así puedes notar que no aguantas mucho en lugares con ruido, mucha gente, o mucha actividad... Y te bloqueas, sientes estrés, insomnio, irritabilidad tras un tiempo en estas situaciones.
Somos muy emocionales. Nos emocionamos con facilidad, nos conmueve la belleza. Pero también podemos sentirnos sobrepasados si lo vemos de forma negativa y dramática. La empatía es natural en nosotras y la vivimos intensamente.
Somos más sensibles que la mayor parte de las personas en cuanto a lo que percibimos desde nuestros sentidos. Percibirás un ligero aroma a vainilla cuando nadie aún lo ha notado, o escucharás antes un pequeño balbuceo de tu bebé en la habitación de al lado. También notarás informaciones más sutiles, como cuando alguien se encuentra mal o ha habido una discusión.
¿En qué consiste la terapia y sus beneficios?
- Conocer, valorar y disfrutar de tu sensibilidad.
- Gestionar tu energía y atender a tus necesidades.
- Entender tus emociones y reducir la ansiedad.
- Mejorar tu relación contigo misma y con las personas que quieres.
- Sentirte segura y libre de expresarte como eres.
- Conectar con ese espacio de paz que habita de ti.